La presencia de un dron cerca del aeropuerto de Lisboa (Portugal) obligó a dos aviones a suspender su aterrizaje en la pista el domingo. Uno de los vuelos finalmente se desvió hacia la terminal de Oporto, según confirmó la Agencia de Aeropuertos de Portugal (ANA). Hasta julio pasado se habían reportado 17 casos de este tipo, según los datos facilitados por el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes con Aeronaves y de Accidentes Ferroviarios de Portugal a la agencia EFE.
El comando metropolitano de la Policía de Seguridad Pública (PSP) en Lisboa señaló que había recibido una llamada a las 18.45 del domingo en la que se reportaba la presencia de una aeronave no tripulada sobre la avenida Estados Unidos de América, pero el objeto ya no estaba en ese lugar cuando los agentes se acercaron. Varios comandantes también reportaron a la entidad responsable de gestionar el tráfico aéreo que habían visto el dron cerca de la pista tres del aeropuerto.
La ANA no consideró necesario cerrar la terminal aérea, aunque el incidente afectó a esos dos vuelos. «El aeropuerto no estaba cerrado; sin embargo, de forma preventiva, dos aviones fueron instruidos por la torre [de control] para interrumpir su aproximación, uno de los cuales decidió desviarse hacia Oporto», informo el gestor de los aeropuertos nacionales.
La aerolínea portuguesa TAP anunció, a finales de junio, que tomaría medidas si los drones causaban algún incidente después de que el 25 de ese mes uno de esos aparatos se cruzase con un avión que iba a aterrizar en Lisboa. Según el reglamento de la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC), está prohibido que estos aparatos vuelen a más de 120 metros de altura y en las «áreas de aproximación y despegue de un aeropuerto».
El 27 de julio, en un Consejo de Ministros, el Gobierno de Portugal aprobó la obligación de registrar todas las aeronaves de más de 250 gramos, incluidas las de construcción casera, para así facilitar la identificación de los infractores. El decreto ley establece que toda la información sobre los dueños será incluida en una base de datos gestionada por la ANAC, a la que tendrán acceso las fuerzas de seguridad y otras entidades públicas.
El registro otorgará a cada dron un número de identificación que deberá estar visible en el aparato que, a su vez, tendrá que estar cubierto con un seguro de responsabilidad civil que se haga cargo de los eventuales daños causados a terceros.
Fuente: El Pais